Maternidad

Colecho, sí

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No recuerdo bien cuándo pero sí quién. Un buen día, en los controles obstétricos, surgió el tema de la cuna en la misma habitación como lugar para dormir. Entonces, Diego, el médico que recibiría a G., dijo: ni cuna ni moisés, colecho. Para entonces, la única experiencia que tenía al respecto era la de mi mejor amiga que había dormido con sus tres hijos hasta que -cada uno en su momento- se fue a su propio cuarto. 

Diego me explicó que el colecho me ayudaría a descansar adecuadamente y le permitiría también dormir mejor al bebé que –al sentir cerca a mamá- se siente seguro y protegido luego de la separación y el gran impacto que supone el nacimiento. La decisión del colecho quedó flotando y fue tomada -definitivamente- el día en que G. nació. En la clínica nos dieron alojamiento compartido: dormí con mi hijo en la misma cama, abrazándolo día y noche. Claro, el colecho se me hizo entonces obvio y natural: yo tampoco quería separarme de él, lo había tenido junto a mí durante nueve meses y lo lógico es que pasara de mi vientre a mis brazos y ahí se quedara.

Ya en la casa, en una cama más grande que la de hospital, estuvimos más cómodos. Dormí mejor no solo porque no debía levantarme y buscarlo en otra habitación sino porque lo tenía a mi lado y me sentía segura al oír su respiración junto a la mía. Aún recuerdo la madrugada en la que se atoró con su propia saliva y oí cómo no podía respirar. Fueron segundos: me senté, lo tomé en brazos, lo giré, tosió, lloró un poco, respiró bien y siguió durmiendo. Su papá y yo no quisimos respondernos ¿qué hubiese pasado si no estaba a nuestro lado, si lo hubiésemos dejado en otra habitación? Solo agradecimos el colecho. Poco a poco pude llegar al momento en el que ya ni me despertaba para amamantarlo, todo comenzó a darse casi mecánicamente y comenzamos a dormir como si no hubiese interrupción.

Gracias al colecho también me di cuenta de que mi hijo casi nunca llora. No necesita llamarme en medio del llanto para buscar brazos y alimento, simplemente se gira y me encuentra a su lado. Igual durante sus siestas del día, comenzó haciendo sonidos para llamar mi atención porque se acostumbró a mi presencia (incluso si no me veía) antes que a mi ausencia. Cuando comenzó a hablar le bastó despertarse y decir mamá sin necesidad de llorar.

Dice el pediatra español Carlos González, que los niños grandes que quieren dormir con sus padres buscan lo que no tuvieron en sus primeros años. Y aquellos que sí compartieron el lecho, se van un día a su habitación satisfechos de haber obtenido lo que necesitaban. No sé cuándo llegue ese día para nosotros pero tampoco me desvela.

Sin duda, hay noches más largas, cuando aparecen los dientes, está enfermo o algún hito de madurez se avecina, son noches en las que demanda más tomas (y que serían igual de largas pero más pesadas si durmiese en su habitación). Cuando la calma regresa podemos dormir toda la noche. Con lo del colecho también hay quienes se preocupan por temas de intimidad marital. No he hallado mejor respuesta que la de una amiga que también tomó la misma opción: “¡Qué aburrido limitarlo todo a la cama!”.

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8 comentarios en “Colecho, sí”

  1. Viva el colecho… Aunque a veces ya quisiera que tuviera su independencia nocturna, no porque la quiera lejos, no porque no la ame, simplemente porque mi sueño no logra reponerme para el día a día… Es maravilloso el colecho, pero que pasa cuando tenemos una enfermedad del tipo artritis? Los dolores con los que despierto tras una extenuante noche de colecho son insufribles y que decir del sd de túnel carpeano a ambas manos 😦 como compatibilizar enfermedad con colecho?

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    1. No sé si una cama grande o más grande ayude, sin dejar de analizar si los dolores disminuirán sin colecho. Es decir, si son su consecuencia. Sin llegar a síndrome de túnel carpiano, mis dolores de articulaciones disminuyeron notablemente al tomar doble dosis de vitaminas (las mismas que tomé en la fase final del embarazo). En mi caso fue un tema de lactancia más que de descanso. De todas formas, siempre es prioridad que lo que hagamos nos produzca satisfacción y alegría, que no sea un martirio. Gracias por comentar. ❤️

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  2. Excelente articulo! Me siento completamente identificada con cada palabra y experiencia del colecho, tengo dos hijas (la 2da de apenas 3 meses ) y me este momento duerme profunda y serenamente junto a mi! Y yo descanso profundamente sintiendola respirar cerca y vigilando su descanso.Mi hija mayor (03 años) es una niña modelo, tranquila , serena, obediente, educada e inteligente, super independiente y muy cariñosa…estoy completamente segura que el colecho la ha ayudado a crecer asì. En mi caso fuè algo natural, siempre pensè durante mi embarazo de que la haria dormir en su cunita, en cambio todo fluyo de una manera natural, desde el momento que me la dieron en brazos despuès del parto no quise separarme de ella ni por un segundo, solo cuando se la llevaban para bañarla y cambiarla, de resto siempre estuvo a mi lado durmiendo en la misma cama del hospital y en casa en nuestra cama. Tanta gente ignorante habla y dice que se crean dependientes de la madre e inseguros con el colecho, les puedo asegurar que es todo lo contrario . Mi hija es una niña completamente feliz y muuuy independiente no le gusta que la ayude a hacer cosas que para ella son nuevas. Le encanta experimentar y busca siempre de hacer a cosas por su cuenta. Quiero felicitar al Blogger por este artìculo y ojalà sirva a futuras madres a seguir sin duda ni temores el colecho con sus bebès.

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  3. Se me olvidaba decirles que mi primera hija a partir del 2do mes de nacida dormia «todaaaaa la noche» su ùltimo biberon (con leche materno, porque me sacaba la leche con el saca leche elèctrico antes de dormir, asi controlaba cuanta cantidad bebìa y me aseguraba que quedara satisfecha) se lo daba a las 12:00 de la noche y dormia de continuo toda la noche hasta la mañana siguiente (7:00 am ) mucha gente me decia que era afortunada que me dejaba dormir la noche . ..ahora estoy convencida que no se trata de fortuna, sino del colecho ya que mi 2da bebè va por el mismo camino, en su caso duerme hasta las 5:30am pero no me lamento porque ya no se despierta cada 3 horas, duerme de continuo hasta las 5:30am muchas veces hasta las 6:00 permitiendome descansar las horas màs importantes de sueño que para una mamà es de vital importancia.

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