Filosofía Montessori, Lactancia, Maternidad

Adiós a la lactancia

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Tres años siete meses. Más de mil doscientos días. Solo ahora, que comienzo a escribir, siento una mezcla de nostalgia y tristeza. Siempre pensé que lloraría, pero lo hago solo al releer estas líneas. Se atropellan los recuerdos. No puedo dejar de mirar todo lo que la lactancia hizo en nuestras vidas: los cambios, desafíos y rutinas. Las horas de desvelo se mezclan con las de siesta y descanso. Las dificultades del inicio se juntan a la alegría de las cuatro mastitis superadas. Yo amé la lactancia tanto como, ahora, disfruto de su despedida. Sigue leyendo «Adiós a la lactancia»

Lactancia, Maternidad

Destete natural

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Siempre tuve claro que amamantaría. Siempre tuve claro que amamantaría a demanda. Siempre tuve claro que amamantaría hasta que se produjera un destete natural. La decisión se ha mantenido por (en pocos días) tres años. En este tiempo hemos experimentado crisis no solo de crecimiento, sino aquellas que me hacían preguntarme: ¿Hasta cuándo? ¿Me veo amamantando hasta los 7 años? ¿Cómo se produce un destete natural? Pero también fueron tiempos de tranquilidad y comodidad. Cuando la lactancia se consolidó, cuando ya nada dolía, la leche salía a borbotones y mi cría podía gestionar por sí mismo las tomas nocturnas (¡maravilloso colecho!), la lactancia se volvió un placer. Así lo viví. Si estaba cansada y mi hijo me pedía teta, era un buen momento para recostarme con él, abrazarlo, contarle cuentos o echarme una siesta. Y mientras se alimentaba, yo me llenaba de oxitocina, se me iba el cansancio y tenía más alegría.  Sigue leyendo «Destete natural»

Lactancia, Maternidad

Mil días y mil noches

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No sé lo que es ser amamantada. Nunca tomé el pecho materno. O mejor dicho, tomé durante once días nada más. Entonces, el médico, al ver los pezones sangrantes de mi madre, le dijo que no tenía leche y que yo, desesperada, me había alimentado de su sangre. ¿Se puede vivir once días sin comer? Este médico no le echó la culpa de esas heridas a mi frenillo. Según él, no era la causa, aunque ahora sabemos que sí. Mis cuatro mastitis lo certifican y mis treinta meses de lactancia son aval suficiente para demostrar lo contrario.  Sigue leyendo «Mil días y mil noches»

Lactancia, Maternidad

Al cien por ciento

banner-1711738_1920Estamos prontos a cumplir dos años, veinticuatro meses de lactancia, de vida conjunta fuera del útero, de descubrimiento. La última temporada ha sido francamente agotadora: es una última crisis de crecimiento, la llaman así porque el bebé pide tete como cuando era un recién nacido y necesita mucho apoyo para lidiar con la frustración, que no es más que una expresión de su búsqueda de autonomía y seguridad.

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