Maternidad, Montessori

El berrinche de mamá

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G. tiene una canasta llena de pelotas de diversos colores y texturas. Son, más o menos, cincuenta pelotas. Esa canasta, un buen día, se convirtió en asunto de conflicto. Todas las noches, antes de ir a dormir, él las regaba por el suelo, yo lo animaba a recogerlas, él se negaba a hacerlo. Lo dejaba pasar mientras arreglábamos alguna otra cosa y cuando decía: “ahora, a recoger las pelotas”, se paraba en una esquina, me veía y no se movía. Se volvió un reto: opté por esperarlo, nada; le pedí que me las pasara pero me veía con indiferencia; le expliqué que mientras las pelotas estuviesen en el piso no podíamos pasar a otra actividad, que debíamos cerrar una para seguir con otra, nada. No había manera de que las recogiese y yo no entendía qué pasaba. Él siempre había sido muy ordenado y no había –hasta entonces- necesitado pedirle siquiera que recogiera algo porque lo hacía por su propia voluntad. Su negativa era solo con las pelotas porque si se le había olvidado alguna otra cosa fuera de su sitio, bastaba con hacérselo notar para que lo pusiera en su lugar. Pero ¿y las pelotas? Sigue leyendo «El berrinche de mamá»

Maternidad

Callar, amar y recibir

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Como El monstruo de colores, un niño de dos años tiene las emociones confusas. El personaje del bello cuento de Anna Llenas no distingue el miedo de la tristeza ni la rabia de la alegría. Entonces, hay quien lo ayuda a poner sus sentires en orden, a distinguirlos, a representarlos con un color. Así es un niño de dos años: un revoltijo de emociones.  Sigue leyendo «Callar, amar y recibir»

Lactancia, Maternidad, Montessori

24 razones

WhatsApp Image 2017-07-29 at 19.33.55Un día, hace algunos años atrás, Dharma, una de mis maestras de Kundalini Yoga, me dijo que una vez que comenzó con la práctica, le llegaron muchísimos retos y que después de un tiempo lo había perdido todo y lo había ganado todo. Dejó de ser la que era y pasó a ser la que hoy es. Puedo decir lo mismo de mi maternidad. Lo perdí todo, todo, pero también lo he ganado todo.

En estos veinticuatro meses perdí un departamento (aún sigo con el juicio a cuestas), renuncié a años de cátedra universitaria, dejé de lado ofertas laborales y opté por trabajos esporádicos en casa, terminé con mi relación de pareja, perdí un negocio y otro más, aparqué durante meses el trabajo doctoral al que me debía, cerré la granja de mis sueños y le puse el letrero de “se vende”. Dejé la ciudad en la que vivía, vendí mi carro y guardé en cajones lo que había construido durante años para dedicarme a ser mamá. Todo lo anterior me hubiera condenado a la tristeza absoluta sino fuese por la maternidad: con ella gané lo que de ninguna otra manera hubiese conseguido, me llevó a un viaje interior sin retorno.  Sigue leyendo «24 razones»

Lactancia, Maternidad

Al cien por ciento

banner-1711738_1920Estamos prontos a cumplir dos años, veinticuatro meses de lactancia, de vida conjunta fuera del útero, de descubrimiento. La última temporada ha sido francamente agotadora: es una última crisis de crecimiento, la llaman así porque el bebé pide tete como cuando era un recién nacido y necesita mucho apoyo para lidiar con la frustración, que no es más que una expresión de su búsqueda de autonomía y seguridad.

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