Maternidad, Montessori

Tres años

piano-2564908_1920

Primera escena

«Me picó un mosquito. Ponme crema, por favor». Miro la mancha roja del picado en su mano. No digo nada. Me doy vuelta y me dirijo a buscar la crema. «¡No! Contigo». «Vamos», le digo mientras extiendo mi mano. «¡No! Upa». «¿Tienes sueño?» «¡No, tengo hambre!» Tomo la crema y… «¡No! Yo, yo.» Le entrego el tubo de crema. Sonríe. Lo abre y me lo devuelve abierto para que le ponga la crema. Intento sentarme en la cama para ponérsela y me detiene en seco: «¡No! En el sofá.» Vamos al sofá. Me siento, intento ponerle la crema. «¡No! Yo me pongo.» «Me diste la crema para que te la ponga», le recuerdo a modo de disculpa. Al final un poco se pone él y un poco se la pongo yo.  Sigue leyendo «Tres años»

Filosofía Montessori, Montessori

El mundo tiene colores

La máxima del método Montessori es sigue al niño. Significa que hay que respetar sus tiempos, la manifestación de su interés por aprender algo. Esa máxima se me ha hecho evidente en muchísimos aspectos motrices pero también sensitivos y cognitivos. Uno de estos fue el aprendizaje de los colores. Sigue leyendo «El mundo tiene colores»

Filosofía Montessori, Montessori

El niño perfecto

boys-1149665_1920

Hablar de los hijos muchas veces (si no siempre) es un tema delicado. Aunque no queramos, terminamos comparando si come más o menos que el otro, si está atrasado o adelantado en su motricidad o en el inicio del habla, si es lo suficientemente alto o hábil, etc., etc. Hay una presión muy fuerte sobre los padres pero también sobre los niños. Sigue leyendo «El niño perfecto»

Montessori

Mi hijo escupe

Untitled design (1)

Un buen día, pasado los dos años de edad, G. comenzó una especie de juego que no me gustó nada. Cuando estábamos comiendo, tomaba jugo o agua y devolvía el líquido de su boca al vaso. Le producía mucha risa hacerlo. Mi primera reacción fue abrir los ojos como platos y decirle que el agua se tomaba, que podía atrancarse y ya no recuerdo que más. Mi intención fue parar ese comportamiento nada agradable. Pero frené mi ímpetu. Sé que siempre hay algo detrás. Entonces, me detuve a observar.  Sigue leyendo «Mi hijo escupe»

Montessori

Enojarse nunca es la solución

– Te espero abajo, no te olvides de traer tus medias.

– Ya, mami.

Tres minutos después al ver que G. no bajaba, subí a buscarlo. Nuestro plan era salir a pasear por los alrededores de la casa, como todas las tardes. Un momento que, además, nuestra perra espera con ilusión. Entré a la habitación y me encontré con el foami desarmado. Tenía dos opciones: enojarme o no enojarme; reprender o encontrar una alternativa creativa.

Sigue leyendo «Enojarse nunca es la solución»

BLW, Montessori

Segundo mes de BLW

Untitled design

Comenzamos el segundo mes de alimentación complementaria con la introducción de mango. Al principio se le resbaló de las manos porque estaba muy maduro. Los siguientes dos días opté por mangos dulces y maduros pero no tan suaves para que los pudiera agarrar mejor: funcionó.  Sigue leyendo «Segundo mes de BLW»

BLW, Filosofía Montessori, Lactancia, Maternidad, Montessori

Su primera comida

picnic-2659208_1920

Hace dos años exactamente, G. comió por primera vez. Aún recuerdo lo emocionada que estaba. Su alimentación fue libre de papillas: seguimos el método Baby Led Weaning (BLW) y recibimos la asesoría de Paola, una amiga nutricionista que nos dio un taller al respecto. El BLW no está reñido en lo absoluto con el método Montessori y después de dos años solo puedo estar agradecida con esta elección: mi hijo disfrutó y disfruta de la comida, prueba de todo, tiene una alimentación sana y balanceada, y se maneja con mucha autonomía en la mesa: usa vaso de vidrio desde el inicio de la alimentación complementaria, utiliza bastante bien los cubiertos (aún está aprendiendo a usar el cuchillo), se sirve sus alimentos y no hemos tenido nunca un mal rato por el tema comida. Esto último lo consideraba fundamental porque no quería que viviese lo que yo en la infancia: la obligación de comer y la imposibilidad de disfrutar de los alimentos. Después de dos años siento que la misión ha sido cumplida. Del primer año de su alimentación guardé un diario y, por pedido de algunas amigas, voy a hacer entradas que resuman mes a mes lo que fue nuestro primer año de alimentos. Sigue leyendo «Su primera comida»

Maternidad, Montessori

Las malas madres

baby-2980940_1920

“¿Qué edad tiene? ¿Ya gatea?” “¿Ya camina?” “¿Hasta cuándo le vas a dar el pecho? Ya está grande.” “¡Aún usa pañal! A los dos años ya debería ir solo al baño.” “Habla pero no se le entiende. Tú le traduces todo.” “A los niños se los deja en su cuarto, en su cama, se les dice hasta mañana, se apaga la luz y se cierra la puerta. Tienen que dormir solos cuanto antes.” Esas son las afirmaciones tipo reproche que cualquier madre puede escuchar. Y, entonces, hasta la más segura, ante la avalancha, duda. Para vencer la duda comienza a dar explicaciones como si se justificara. ¿Por qué debemos explicar nuestras decisiones de crianza? Sigue leyendo «Las malas madres»

Maternidad, Montessori

La respuesta a todas las preguntas

nature-2814906_1920

¿Por qué mi hijo no me hace caso? ¿Cómo hago para que coma? ¿Qué técnica uso para que duerma toda la noche? ¿Qué hago para que no se meta papel a la boca, para que no se moje, no se ensucie, para que hable, para que no lance cosas, para que no le jale la cola al gato? La lista de cosas que queremos que hagan o no hagan los niños es larga. La frustración de no lograr nuestro cometido es enorme. Y sí, una y otra vez, se repiten las mismas preguntas resumen: ¿qué estoy haciendo mal? ¿cómo logro que mi hijo haga lo que yo quiero?  Sigue leyendo «La respuesta a todas las preguntas»

Montessori

¡Chao pañales!

boy-214906_1920

El control de esfínteres no es algo que sucede de un día al otro. Es un proceso que resulta de la maduración fisiológica y psicológica del niño, que se va construyendo lentamente durante meses y que tarda varias semanas en consolidarse. El control de esfínteres se produce, en general, a partir de los dos años y medio de edad. No es algo que se pueda aprender. Entonces, ¿es necesario entrenar a los niños para que usen el baño? ¿Cómo saber cuándo están listos? ¿Qué debo hacer cuando llegue el momento?

En una entrada anterior, les contaba la primera parte de este proceso. En nuestro caso comenzó a los dieciocho meses cuando (y esa es la primera señal) mi hijo pudo identificar con claridad el pipí y el popó, lo sólido y lo líquido, pero siguió usando pañales porque no controlaba sus evacuaciones, solo las nombraba y diferenciaba. También pudo observar lo propio en sus mascotas y otros animales.  Sigue leyendo «¡Chao pañales!»