Maternidad

La pandemia 1/4

He escrito poco en el blog este año. No ha sido un silencio forzado, más bien voluntario. Partió de la necesidad de analizar los hechos con la distancia que permite el tiempo. Confieso que al inicio de la pandemia dos fueron mis impresiones. La primera: que en el fondo nada cambiaría para mí en lo personal. Llevaba ya mucho tiempo dedicada a la maternidad en exclusiva, alejada físicamente de mis afectos más importantes (a excepción de mi hijo), desarrollando iniciativas productivas que tuvieran a la crianza y al quehacer materno como ejes principales, y con total contacto virtual con la mayoría de personas. Mi propio confinamiento que yo creía que ya se dirigía hacia su término, se alargó…

Mi primer pensamiento respecto a la cuarentena global fue que no iba a ser una novedad para quienes vivimos el puerperio. La memoria me llevó al invierno en las montañas de Córdoba, en donde mi mejor amiga tuvo que maternar con dos chiquitos y una conectividad inexistente. Y la volví a abrazar simbólicamente a través del tiempo por su valentía, y conmovida -otra vez- por el enorme poder de sostener su vida y la de sus crías en momentos de fragilidad.

Mi segundo pensamiento fue más bien un cuestionamiento, una puesta en duda. Muchos, casi de inmediato, se volcaron a decir que las circunstancias que comenzábamos a vivir nos llevarían a un análisis interno, que saldríamos mejores personas. El tiempo ha demostrado que, en general, seguimos siendo los mismos (o peores) pero ahora con mascarillas. Incluso nos hemos acostumbrado al dolor. Ni siquiera estamos ya tan pendientes de las cifras de enfermos y fallecimientos que se producen a diario. Hemos visto cómo los sobreprecios y el abuso de poder han sido la tónica; la tasa de femicidios y suicidios aumentó, porque la casa no siempre es un hogar y mucho menos un lugar seguro, y la lista sigue…

Lo mío no era falta de optimismo. Creo que los procesos de transformación son posibles, pero se producen en más de cuarenta días. Suponen autoanálisis profundos, nos llevan a grandes crisis internas, a mirarnos de frente. El cambio no se da de un momento a otro, requiere paciencia y compromiso, que cada hecho se vaya bordando y que, con mucho trabajo interior, al pasar de los años, veamos qué aprendimos y en qué cambiamos. No todo el mundo está dispuesto a una labor de esa envergadura, sobre todo porque puede resultar dolorosa.   

La pandemia curiosamente me trajo nuevos proyectos y retos. Nada se detuvo. Todo se aceleró. De inicio organicé jornadas gratuitas para que las familias pudieran sostener a sus niños: cuentacuentos, clases de cocina, sesiones de canto nos entretuvieron durante tres semanas. Luego, me recogí para dedicarme a mis afectos más cercanos, a palpar el silencio y el miedo que se instalaron en el ambiente, a reorganizarme. Entonces, surgieron los talleres de meditación y maternidad que había venido soñando hacer desde hace mucho. No quería que fueran virtuales, por eso me demoré en presentarlos, pero -ahora- no había otra opción.

Conforme pasó el tiempo, se volvían latentes las necesidades de la realidad que vivíamos y así surgió el programa de educación en casa. Trabajo, desde entonces, con treinta y cinco familias, que decidieron hacer a un lado la teleescuela y asumir el acompañamiento del proceso de enseñanza-aprendizaje de sus hijos e hijas. ¡Nos maravillamos juntos en cada reunión con el potencial que tiene la mente infantil!  

Luego, llegaron proyectos más académicos que no tenían que ver con la maternidad, participé en un documental, formé parte de la escritura de un libro. A la par, creé nuevos materiales Montessori y, nuevamente, hice otro sueño realidad: abrí una librería en línea.

La pandemia me hizo aterrizar en la urgencia de no demorar más mis proyectos ni mis sueños, pero también me traería de regreso a la vida, y me haría -una vez más- armar maletas. En las próximas entradas, les hablaré también de eso.

Gracias por suscribirte, seguirme en redes, compartir, comentar y darle me gusta. 

Si quieres información sobre los talleres en línea de crianza, maternidad, lectoescritura enfocados en el método Montessori, da clic aquí.

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