Hace muchos, muchos años, la Vera Kohn, mi maestra, mi analista, un pedazo importante de mi vida, me dijo: “deberías trabajar con mujeres, con mujeres que sean madres”. Aún recuerdo mi cara de sorpresa. “Nada más distante de lo que hago”, le dije con una sonora carcajada. “Tienes que hacerlo”. Ella vio algo en mí que aún yo no percibía. Fue más que un consejo o una sentencia, fue una visión de mi destino. Quienes conocieron a la Vera saben que ella era así: tenía una sensibilidad enorme para ver en lo profundo del alma humana y adelantarse a las verdades que íbamos a descubrir.
A la Vera la recuerdo siempre: por el camino que me acompañó a recorrer, por todo lo que me enseñó, por las lecturas que me sugirió, por las largas conversaciones que tuvimos, por su sabiduría, porque marcó mi vida y me enseñó a ver la existencia con una mirada limpia. Por sus risas, sus abrazos, y también -¡cómo no!- por sus regaños. Cuando algo me pasa, una frase de la Vera aparece para explicarme lo que estoy tratando de entender.
Hace unos meses, mi amiga Marielisa con quien nos conocimos en sus talleres, me preguntaba: “¿qué diría la Vera de esto?”. “¡Qué pregunta tan difícil!, le dije. Solo puedo recordar lo que alguna vez me dijo”. No alcanzo a responder como la Vera. Nunca pude ni podré adelantarme a sus palabras. Ella tenía la frase justa, la que te llevaba a reflexionar, a sentirte, a transformarte para siempre. Aún agradezco haberla conocido. Fue una suerte que viviera tantos años y -en mi caso- haberme nutrido de su presencia durante la última década de su vida. Por eso, más que extrañarla, la recuerdo.
La Vera me dijo que trabajara con mujeres. No fue una sugerencia, fue adelantarse a mi destino. Y eso es lo que hago ahora: trabajo con madres, así de específico como ella lo mencionó. Cuando recuerdo mi negativa y compruebo mi presente, me la imagino sonriendo y diciéndome: haces bien, eso es para ti. Y, sí, por supuesto que tenía razón, porque me siento completa y en mí misma. No reniego: disfruto. No me frustro: gozo, aprendo, me divierto, me siento en paz.
Llevo en este camino cinco años. Y he cosechado muchas alegrías. Aún me parece increíble y me sigo sorprendiendo ante los nuevos planes que sueño, creo y les doy la energía para que comiencen a surgir. El año pasado muchos de ellos emergieron y, ahora, son una realidad. Comienzo el 2021 con un proyecto nuevo, próximo a ver la luz. Está todo prácticamente listo para ser presentado. Lo pensé por mucho tiempo, lo diseñé durante varios meses y se desarrolló en el último semestre. Desde el próximo viernes 15 de enero, a partir de las 16:00, estaré al frente de un espacio radial para hablar de los miedos, la incertidumbre, los retos, los aprendizajes, de todos los temas que no sabías que ibas a enfrentar al ser mamá. Vamos a hablar de todo aquello que “La cigüeña no te dijo…”.
Las últimas semanas han sido intensas en la producción: vamos a tener reportajes, entrevistas y un espacio infantil que cuidamos con mimo: cuentacuentos, postales sonoras, música y recetas. Como todo, como siempre, nada de esto sería posible sin el cariño, el profesionalismo y la incondicionalidad de los amigos. La Eli que se pone al hombro la producción; el Leo que diseña, diagrama e ilustra; el Santi que hace la fotografía; el Pablo que nos abre su estudio; la Gloria que nos regala su voz; la Ari, la Anto y la Saras que vienen con toda su experticia culinaria; las amigas y amigos que están abiertos a colaborar en todo, de innumerables maneras, y -por supuesto- la apertura de Radio Pichincha que nos da el impulso para que esta cigüeña comience a volar.
¡Desde ya, les agradezco por su sintonía! Este nido será para todas, para oírnos, para hablarnos, para ser tribu.
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Que hermoso!! Voy a escucharte encantada!! Gracias por crear estos espacios tan necesarios ❤️
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Definitivamente es muy necesario crear más espacios como estos, donde madres podamos escuchar y ser escuchadas, pues hay muchas cosas que solo nosotras vivimos y entendemos. Yo a menudo visito tu blog; nunca me había atrevido a comentar pues lo descubrí hace poco y lo cierto es que me he sentido acompañada con todas las vivencias y consejos que nos compartes.
Me encantará sintonizarte y descubrir todo lo que tienes para compartir con nosotras, gracias por tu dedicación. 🙂
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¡Muchísimas gracias por tus palabras generosas! Un gusto saber que contaré con tu sintonía. 🌸
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