BLW

BLW. Aprendiendo a comer solo

avocado-1476493_1920Cuando era niña, la hora de comer podía ser una pesadilla. Me dolía masticar, no me gustaban las espinas del pescado, el pollo me olía fatal, a las verduras no les encontraba la gracia pero amaba los cebiches, los choclos, el puré de papas, la carne apanada, los cangrejos, el maduro y todas las frutas menos el melón y la toronja. Pasada la niñez, las verduras comenzaron a gustarme cada vez más. Con los años me convertí en vegetariana. Volví a comer carnes (de res, pollo y pescado) durante el embarazo. Puedo decir sin dudas que disfruto de la comida sana y nutritiva, que me encanta cocinar porque me resulta creativo, relajado… un acto de amor.

Para G., su papá y yo queríamos lo mismo: que la hora de comer sea un momento gozoso y no tortuoso. Creo que todos de nuestra niñez guardamos algún recuerdo de malos momentos en la mesa: la exigencia de comer lo que no nos gustaba, los llantos, las amenazas o las quejas recurrentes sobre lo poco o nada que comíamos. Para G. sabíamos lo que queríamos pero no teníamos idea cómo hacerlo. Sigue leyendo «BLW. Aprendiendo a comer solo»