El universo de la literatura infantil es enorme. Mucho antes de ser madre, mucho antes -incluso- de pensar en serlo, fui armando una colección de libros álbum. Mi intención era que un día si llegaba un hijo o hija a mi vida, pudiera contar con esa biblioteca. La verdad es que cuando nació mi hijo, esos libros, esas historias, no eran adecuadas para su edad: en lo físico, sus delgadas y grandes páginas se enredaban en sus dedos; en lo narrativo, eran historias largas con vocabulario complejo que él no comprendía más allá de su musicalidad. Además, no tenía mucho interés en la historia, su atención se concentraba en las imágenes. Así que me di a a la tarea de buscar libros para bebés. Sigue leyendo «Los primeros libros»