¿Será que tienes suficiente leche? Pasa colgado del pecho, seguro tu leche no lo llena. Mira, se despierta a cada rato, es porque tiene hambre. Tus pechos son pequeños no pueden producir lo que tu bebé requiere. Tienes los pezones pequeños, planos, hundidos, invertidos no sale la leche. Tómate agua de xyz y colada jkl para que tengas más leche. No te destapes que se seca la leche. No te bañes en agua fría que se corta la leche. Está flaco, tu leche es pura agua.
Quienes amamantamos oímos ese tipo de frases y más. Aunque ninguna de ellas es cierta, oírlas nos afecta, nos pone inseguras, nos hace dudar de nosotras porque los primeros meses de vida del bebé vivimos un periodo de mucha vulnerabilidad. Las madres no queremos oír cuestionamientos sobre nuestra leche, necesitamos calma, silencio, descanso, respaldo. El apoyo a la lactancia es fundamental para que esta se consolide. El apoyo viene de muchas formas: pasear al bebé mientras nos tomamos una siesta de diez minutos (¡sí, diez minutos hacen la diferencia!) o nos damos una ducha, comemos algo caliente o fresco, damos un corto paseo, leemos algo, llamamos a una amiga o escribimos un mail. El apoyo no necesita dudas, necesita aliento.No es verdad que existen coladas que generan más leche. Hay elementos diuréticos en ciertos alimentos pero eso lo sabemos todos. Lo extraño es que las recomendaciones sean de té, café, mate (hoja de Paraguay), gaseosas o cervezas que no deben consumirse durante la lactancia, y no de agua, mucha agua, agua simple; o de sandía, jugo de zanahoria o de guanábana que, además, dan vitaminas. La lactancia da mucha sed, no exagero si digo que bebo cuatro litros de agua diarios y por los menos dos en la madrugada porque siempre tengo la boca seca. Hay que repetirlo siempre: lo único que incrementa la producción de leche es la succión del bebé.
Los pechos pequeños, los pezones planos, hundidos o invertidos no tienen nada que ver con la producción de leche ni con problemas para la lactancia. Si los pezones se lastiman es porque hay un mal agarre. El bebé no debe succionar el pezón. Dentro de su boca debe tener el pezón y parte de la areola (la parte oscura del seno) y empujar con su lengua desde abajo. Para que abra bien su boquita tópale con tu pezón la punta de la nariz. Los pezones no tienen nada que ver con la producción láctea, el tamaño de los pechos tampoco.
Ni el agua fría ni el viento secan la leche. Lo único que acaba con la leche materna es que el bebé deje de succionar. Abrigarse demás tampoco es necesario. Lo importante es sentirse cómoda. De hecho, la lactancia da mucho calor y nadie se cubre demás si tiene calor. Durante los primeros meses de G. me bañaba en agua fría hasta tres veces al día y nunca se me secó la leche. Además, siempre me vestí con ropa ligera.
Las mamás tenemos leche y vamos a producir lo que nuestro hijo demande. Por eso, la succión es importante, por eso pasan pegados al pecho: se aseguran mayor producción para cuando sean más grandes y necesiten más leche. La producción aumenta progresivamente. Haabrá temporadas en las que los bebés vuelvan a pegarse al pecho mañana y noche durante días. Lo único que sucede es que están creciendo y así se garantizan que su demanda futura sea satisfecha. La naturaleza es sabia y los bebés también porque durante los dos primeros meses, el crecimiento de un ser humano es el mayor de toda su vida posnatal. Por eso, los bebés pasan al pecho y la lactancia debe ser a demanda; es decir, el bebé debe comer cuantas veces quiera, del pecho que quiera, durante el tiempo que quiera. Lo de diez minutos en cada pecho también es un mito que va en contra de la lactancia y del crecimiento del bebé porque en cada toma, lo primero que obtiene un bebé es agua, luego la leche le entrega nutrientes y al final le da grasas que son las que engordan y le dan la sensación de llenura. Si un bebé no sube de peso adecuadamente puede deberse a que no pasa lo suficiente en un pecho y no llega a las grasas finales. Si un bebé cambia de pecho al ratito puede ser que más que hambre tenía sed.
Asimismo, la leche materna se adecua a las necesidades del bebé: durante los primeros meses tiene una gran cantidad de proteínas, conforme aumenta la edad del niño la cantidad de proteína disminuye y aumentan las grasas y carbohidratos. A partir de los dos años, es mayormente grasa.
Tener a tu bebé piel con piel y dormir juntos de día y de noche también estimula la producción láctea y hace más fácil el amamantamiento porque la mamá descansa más.
Y los bebés también pasan al pecho por amor, calor, cuidado, seguridad. La teta no es solo leche, en el regazo de la madre se encuentra todo el candor que un bebé necesita para sentirse tranquilo. Y ese regazo es un regalo de amor también para una: nada mejor que acurrucarte y dormir abrazada a tu pequeño.
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