Hace unas semanas, me escribió una querida amiga en un dilema. Había dicho no al trabajo de sus sueños: justo el área en la que se especializó, en temas que la apasionan y con un salario acorde a la responsabilidad que iba a asumir. Pero dijo que no. ¿Por qué? “Mis hijas aún me necesitan”, me dijo. Estaba triste, cuestionándose si había o no tomado la decisión correcta. O, al menos, la que la hiciera más feliz. Le encanta su trabajo tanto como disfruta de criar a sus niñas. Sigue leyendo «No puedo aceptar ese trabajo»